domingo, 18 de noviembre de 2012

Crónica de una victoria anunciada

     Buenos días a todos nuestros lectores. Hoy la introducción será larga, ármense de paciencia.
    Hace ya casi un año que no escribo en este blog, en parte por falta de ideas y de originalidad para poder narrar cada partido la misma historia, sólo que con otros nombres. Ha llovido mucho desde entonces, pero no hubo grandes cambios. Cerramos la temporada pasada como la anterior, sin obtener ninguna victoria: de hecho perdimos más de uno, más de dos y hasta más de tres partidos en los que fuimos ganando hasta escasos minutos del final. Plantamos cara con frecuencia, pero nos faltaba algo. Sabíamos que era cuestión de tiempo que el marcador acabara cayendo de nuestro lado.

    Después, un largo verano para recuperar energía y prepararse al nuevo asalto. Con ligeros cambios en el equipo, Seijo dejando la capitanía a Sanju e Ignacio como subcapitán en funciones. Modificaciones también en el formato del torneo, esta vez nos tocaba en un grupo de 7, pero habría también copa. En nuestro grupo, un par de desconocidos, pero la sorpresa de coincidir con el Jungla-DIT;  fusión de Telecolegas e Ingeniebrios. Al menos un rival (probablemente superior) que ya era suficiente ilusión y motivación para nosotros. Todos ansiábamos el primer partido, pero la primera semana nos tocaba descansar. Parecía que el momento no llegaba nunca. 

      Debutamos el martes pasado contra Galianos F.C. Era un equipo formado por los descartes de liga externa. Jugadores hábiles, tácticos; que sin embargo no combinaban bien entre ellos. El estilo rebelde brasileño. Tampoco lo necesitaron, la verdad. Nosotros intentamos plantear un partido serio, pero la baja de Guedes en la portería era un abismo difícil de superar. Como los espartanos en las Termópilas, teníamos que atacar y avanzar con el miedo de saber la espalda descubierta. Su superioridad técnica era notable; pero intentamos compensarla con táctica, estrategia; y ante todo entrega y seriedad. Nuestro mayor defecto es que en el momento en el que cualquiera de estas flaquee o empiecen a agotársenos las fuerzas, todo el equipo se desmorona; y encajamos a placer. Sin embargo, nos intentamos rehacer a cada golpe, como un boxeador en el ring frente a un outsider mucho más rápido que el, al que apenas consigue acertar con cada golpe que intenta, y cuyos contrataques serán temibles. De este modo, Sanju anotó el 2-1 con un buen disparo desde lejos, y a partir de entonces el rival abandonó su ingenuidad y se dedicó a completar su labor. Acabamos 7-1, pero perdiendo apabullantemente por los puntos, pero en todo momento aguantamos el Knock-out

       Debo destacar que había brotes que afloraban esperanza. Santos, cuyo rendimiento siempre había sido una incógnita; y del que siempre se había esperado más bien poco, hizo un partido muy digno en el que aguantó el físico hasta el último minuto, con una destacable labor de equipo. Se diría que está opositando para hacer labores de Khedira; un "tronco" aparentemente carente de habilidad técnica, y sin embargo fundamental en el juego y con mucha más visión de juego de lo que se le presuponía, tocando con una efectividad y simpleza en ciertos momentos de la que deberíamos aprender los demás. Además, Seijo realizó el que probablemente fue su mejor partido hasta la fecha con Goal Fiction, con una solidez aceptable mientras realizaba labores bajo palos, y una solidez mayor tanto en ataque como en defensa en el terreno de juego. Si su mayor defecto hasta ahora había sido la seriedad, las ganas y la fuerza en defensa, tanto de delantero como detrás, hizo esfuerzo para paliarlos con creces.

      Y en estas circunstancias nos avecinábamos al partido del pasado jueves, 15 de Noviembre de 2012, frente al Spoynting de Fotón (mi felicitación personal al equipo rival por la elección del nombre), debut en liga esta temporada.
      Nuestra inteligencia e informes de ojeadores y contactos en otros equipos nos daban datos de que podía ser un equipo asequible; por lo que nuestras ganas aumentaban. Sin embargo, por otra parte, nuestras bajas aumentaban rápidamente: una inesperada lesión de tobillo de Sanju le condenaba a la baja (durante al menos un par de semanas) y Pedro no podría acudir a la hora por razones académicas. Sólo tendríamos 5 jugadores de inicio, 5 valerosos nombres que estarán grabados en adelante en la historia de la épica : Nacho, Santos, Seijo, Castillo e Ignacio. Un servidor estaría presenciándolo todo, impotente, desde la banda; en compañía de nuestro excelentísimo, amado y nunca bien ponderado público. Hasta algún ojeador de equipos rivales se presentó buscando recabar información acerca de nuestro juego. Mis únicas instrucciones a mis hombres habían sido de jugar con calma, divirtiéndose; que no importaba el resultado: la victoria podría esperar aún si hacia falta.
      No debieron calar muy profundas. Las primeras impresiones son siempre fundamentales, y el partido parecía claramente retratado. El equipo rival no buscaba la excelencia, conocía sus limitaciones, y no tenía ningún pudor en dejarnos el balón para realizar nuestro juego y cerrarse atrás. En el fútbol jamás hay rival pequeño. Sin embargo, ante esta situación, nuestro equipo se desorientó y se desubicó, atacando en tromba, desordenadamente, sin saber a quién pasar, defender. Perdieron la perspectiva de la portería con el toque del balón, podían avanzar metros con seguridad pero ninguno se atrevía a tirar, sin saber a quién le correspondía esa tarea. Buscaban e intentaban algún detalle técnico que no eran capaces de realizar, alguno de Santos arrancó carcajadas entre el público. Parecíamos débiles y poco serios, contrariamente a los valores que siempre hemos buscado. Se echaban de menos esos hombres de entrega y espíritu que no tienen temor en tirar del equipo y establecen criterio, como Pedro y Manu. Faltaba una referencia en ataque.
        Durante el desconcierto inicial el equipo rival aprovechó para sacar sus armas. A través de su hombre más rápido y habilidoso, el número 6, montó 3 contras en las que les cayeron 3 goles inapelables. Joder. Tres duros golpes que dejaron al equipo al borde del KO técnico. Como imagen de nuestro juego, el cielo se había engrisecido completamente y auguraba una tormenta, lo que nos faltaba. Había que recuperar la cabeza y cortar la hemorragia. Algunos con más suerte que otros, pero ellos hicieron lo que debían y todos eran merecidos. Ellos se empezaban a venir arriba, veían asequible su victoria: su estrategia, encerrarse atrás y aguantar el resto del partido. Los ojeadores rivales se marcharon dando por concluido el encuentro. Craso error.
       Entonces pidieron tiempo muerto, cuando yo estaba apunto de pedirlo, y era nuestra ocasión perfecta para reconducir el partido. Llevábamos 15 minutos de juego, aún quedaba mucho partido. Ellos tenían un cambio más, por lo que nos daría tiempo a recuperar el aire y las fuerzas. Me acerqué a alentar a mis compañeros e intentar que recuperaran el orden y el juego, el sentimiento general era de incomprensión y desconcierto. Teniendo el balón, pudiendo jugar, no era comprensible que no fuéramos (muy) por delante. Sólo faltaba claridad de ideas y profundidad; la consigna era clara: había que hacer que lo que quedara de partido se le hiciera el tiempo más inagotablemente largo que hubieran vivido. Al reanudar el juego, las cosas ya se veían más claras. Los cincos minutos hasta el descanso destacaron por nuestra solidez, pero su portería parecía todavía lejos. Venga chavales, aguantad.

          
        Ese puntito de savoir-faire que nos faltaba llegó personificado en Pedro al rás del descanso. Como Gandalf en el abismo de Helm, como la Libertad guiando al pueblo en el famoso cuadro de Delacroix. Estaba destinado a erigirse como la referencia en ataque y devolver al equipo la energía suficiente para perforar la portería rival. Icónicamente el cielo se empezó a despejar aflorando los primeros rayos de sol. Al revés que en los estadios de fútbol, empezó a llegar público, que siempre son una referencia importante. Ante la atenta mirada de Guedes y Juanito (importante estrella rival, ambos miembros del equipo de Liga externa), y de Jon y Kike, ex-componentes y corazón del extinto Rayo Teleñeco en el que tuve el orgullo de participar; el equipo se dispuso para la remontada. El rival se borró y el enemigo a batir ahora era el reloj. Con el tiempo en contra, Pedro supuso la capacidad de conducir y de aguantar la pelota en ataque, buscando de vez en cuando la combinación, y el tiro que se necesitaba. Los demás se contagiaron de ganas y seriedad, y advertidos de los peligros del rival atacaron con más cabeza; no volveríamos a pecar de incautos. En la grada teníamos el corazón en un puño, entre la emoción y los nervios el tiempo parecía volar. Todas nuestras jugadas acababan en disparo o en córner, y ellos empezaban a flaquear en defensa, el balón se paseaba por su área pero no había forma de que entrara. Aún.
       Minuto 6 de la segunda parte: en uno de los saques de córner le queda el balón a Pedro, liberado en medio del área, como un náufrago en una isla en mitad del Pacífico sur, quien la coloca sin pensar al fondo de la red. 3-1. Wilson. Se rompe el maleficio y el rival ya está pidiendo la hora. Nos tenemos que venir arriba en la presión, pero sin descuidar la espalda y las peligrosísimas contras de su número 6. Tienen serios problemas a la hora de sacar la pelota, cometen errores y pierden balones en zonas críticas. Flaquean en defensa, combinamos agusto y sólo tenemos un objetivo en mente. Ellos ya están perdiendo tiempo, que se nos escurre entre los dedos, estrángulandonos. Tic tac, tic tac. Pedro roba con fuerza un balón en mitad de su campo, la retiene entre dos y ve la subida de Santos por la banda derecha. Tic. Un zurdo, perfecto. Intenta el centro-chut que remata Castillo a placer. Tac.  3-2. Quedan 8 minutos, de la grada sólo se escuchan gritos de ánimo que instan a la presión y al ataque extremo. Santos y Seijo recuperan la velocidad y las ganas, la fuerza al corte cuando es necesaria. De repente al equipo le sobra energía. Tic. Seijo recupera un balón, Pedro está solo; no falla cuando más se le necesita. Tac. 3-3, empate. Minuto 15 de la segunda parte.
      El equipo rival ya está perdido y desordenado. No saben si buscar la victoria, que en esos momentos parecía inalcanzable vista la situación. Tampoco si conformarse con un empate en un partido que habían estado a punto de ganar y se les escurría entre los dedos. Pero ya saben que cerrarse atrás probablemente no sería suficiente. La ambición es un arma de doble filo, y en este caso aceleró su perdición. Minuto 17,30; Santos se impone en un balón dividido y le pone el pase largo a Seijo, sólo ante el portero. No duda y define perfectamente el gol de la remontada con un tiro raso cruzado a la base del palo largo. Iniesta de mi vida4-3, el partido es nuestro. Más cerca el 5-3 que el 4-4. Ya un sol de invierno radiaba con fuerza y picaba en nuestras pieles. Todo el tiempo que había intentado perder el rival hasta entonces se acumuló en su contra, formando una montaña que fueron lógicamente incapaces de superar. 


          La esperada primera victoria era finalmente nuestra, parecía que nos había hecho sudar mucho más de lo esperado. Así sabrá mucho más dulce. No me molestaré en hacer un análisis más detallado de las aportaciones individuales de cada uno, pues hoy sólo importa el resultado colectivo. El buen hacer y el valor para superar la adversidad. No hay gesta fácil ni asequible. En adelante quedará grabada en nuestra memoria; y en nuestras retinas, las de nosotros los afortunados espectadores que presenciamos este encarnizado duelo desde la impotencia de la banda, animando hasta la extenuación a los paladines que defendían nuestros colores.


martes, 6 de noviembre de 2012

Un Día Más


Un día más, un año más, comienza la temporada. La gente, al vernos año tras año, pierde la esperanza, y nosotros, a pesar de tenerlo todo en contra, aumentamos nuestras expectativas, nuestro deseo de llegar más lejos. "No es muy difícil llegar más lejos con vuestro palmarés" dirán. Ellos suelen reír cuando comentamos lo de cero partidos ganados el año pasado, ni mucho menos fue lo esperado, es duro pero es así, lo que pasó, pasó. Ahora comienza un nuevo año. No es ni un nuevo ciclo, ni una nueva era,... Somos los que eramos hace 8 meses, un grupo de amigos que se divierten jugando cuando tienen la ocasión, y a mucha honra.

Podrán decir que no tenemos físico, ni técnica, ni control, ni nada. Podrán decir lo que quieran porque, seguramente, tendrán razón. Pero lo que no podrán decir es que no nos divertimos, que no fue bonito jugar codo con codo entre amigos, en nuestro tercer año en el equipo para la mayoría, nuestro cuarto en la carrera, la que nos ha hecho degustar la derrota tantas veces. Ya no nos amarga su sabor, lo vemos como algo normal, y es ahora, cuando uno se libera de esa prisión mental, cuando llega la revolución. Únicamente cuando se pierde todo somos libres para actuar decía Tyler Durden, y es el momento de actuar.

No pido implicación, sé de sobra que la hay en cada partido, no pido devoción por la causa; lo único que se me antoja es que un año más, una hora a la semana, volvamos a ser un equipo, volvamos a estar unidos todos con fe en la victoria, y que durante esos cuarenta minutos demos todo por el gol y que, persistiendo, llegue, que nos haga sentir mejores, que nos haga sentir bien con nosotros mismos y felices con nuestro equipo, que nos haga sentir que el esfuerzo del momento valió la pena.

Y es justo de eso, de sentir, de lo que va todo esto, porque conocemos demasiado bien la derrota, porque decir que una vez empatamos nos sabe más bien a poco. Por todo eso, quiero sentir la alegría y compartirla, quiero saber lo que se siente al ganar con este equipo y quiero saber que no descansaremos hasta encontrar la victoria.

"Tomorrow we'll discover
What our God in Heaven has in store!
One more dawn
One more day
One day more!"