jueves, 31 de marzo de 2011

Gonzalonchus 3 - Goal Fiction 3 : Una nueva esperanza

Sé que la presente crónica llega con mucho mas retraso del esperado, pero los grandes hechos hay que dejarlos madurar para poder juzgarlos con la perspectiva que se merecen. No se debe escribir en caliente, y pese a no ser muy fiel a esta máxima, he decidido cumplirla por no poder contenerme de llenarme la boca con tan inmensidad de halagos y gloriosas palabras que jamás alcanzarían a describir en toda su grandeza los hechos acontecidos. Intentaría describirlos objetivamente, pero caballeros, ya saben que no hay manera de describir objetivamente la belleza.
El día se avecinaba duro y cambiante, como si los hados lo designarán por algún motivo especial que escapara de la comprensión de nosotros, los humildes mortales. Pero la fecha había sido señalada, en una voraz dinámica de venir jugando cada vez mejor y con mayor confianza, y posiblemente los rivales cada vez se fueran atreviendo más a cometer el peligroso error de confiarse por la estadística y osar infravalorarnos. Faltaba Ignacio de nuestro equipo titular, pero sobre nuestros corazones pesaba la carga de hacernos valer como si estuviera presente.



Y así fue, sin renunciar a nuestro espíritu, el equipo saltó al campo planteando el partido como mejor sabe, atacando y dejándose el alma en cada balón, con la mayor de las ambiciones. El dominio sobre el rival se manifestaba en ocasiones mas o menos claras, algún uno contra uno incluso; que sin embargo, por esto o por lo otro, no acababan como deberían al fondo de las redes. Y en defensa no estábamos cediendo terreno, sus ocasiones habían sido menos claras y más escasas. Sin embargo, quien quiera justicia que recurra a un tribunal, en el campo no existe un guión que seguir, y quien menos lo merecía, el equipo grande amedrentado, fue el que consiguió dañar primero. Pero si bien fue un golpe al marcador, no pudo tocar nuestro espíritu. Un gol, del que la mayor noticia fue que Guedes por primera vez en toda la temporada no hizo más de lo que se le pueda pedir humanamente a un portero.
Porque el equipo resurgió con mas ganas, y en un balón recuperado por Sanju en defensa, en una contra al filo del descanso que parecía clara para los nuestros, le entregó el esférico a Manu para que de un perfecto punterazo consiguiera, esta vez si, por fin batir al portero rival y clavarla al fondo de las mallas. Es mi deber como humilde narrador alabar su labor como revulsivo, pues es innegable el cambio que ha sufrido la dinámica del equipo desde su llegada, y mientras ha jugado, ha marcado; su eficacia es del todo incuestionable.
Pero el equipo no se conformaba con el empate, y a la vuelta del descanso siguió atacando con energías renovadas, como si acabaran de empezar. Todo el equipo desbocado en sus labores, sin parar de atacar pero sin ceder atrás, bajo una magistral dirección de Andreo (que amablemente había vuelto a acceder a ayudarnos a suplir la baja), unificaba su alma bajo un mismo objetivo. Pero si no hubiera momentos difíciles, no se podría distinguir a los héroes de los cobardes. Y en el primer fallo defensivo del partido, llegó el segundo gol del rival, demostrando porque eran líderes de grupo y habían conseguido ganar a campeones del torneo.
Pero se puede decir que el error fue suyo, porque jamás hay que herir a un león viejo. Y otra cosa no, pero no habrá equipo más curtido por la experiencia que el nuestro. La garra dañina del león la puso Seijo, en un precioso y preciso - valga el juego de palabras - zurdazo raso al palo opuesto; que hacía tambalearse al rival, ponía el empate en el marcador, y sobre todo arrancaba el clamor de una grada mucho mas poblada que frecuentemente; como si hubieran intuido el gran espectáculo que iban a presenciar. Algún gran entendido - en efecto, Juanito - se atrevió incluso a compararle con Silva (con permiso del gran Eduardo Inda, descubridor de grandes promesas con parecidos incongruentes a alguna estrella).
Y la acabó de hundir Andreo, remachando su estelar actuación revolviendo el balón en un córner y aprovechándose con la mayor pillería del gran Raúl. 3-2, el equipo ganando y el final cercano, la gesta estaba cerca de cumplirse. Pero nunca hay que cometer el error de subestimar al rival, y menos a uno tan peligroso como este, que nada más sacar de centro se marcó en dos zancadas un increíble golazo que entró por toda la escuadra de nuestro portero.
Pero hoy, ya no nos íbamos a dejar robar ni un punto más. El tiempo que quedaba, el equipo se dejó la piel en defensa y en ataque, sacando un par de balones bajo palos, teniendo más de una contra con ocasiones muy claras, pero que inexplicablemente de nuevo volvían a negarse a entrar. Incluso en los exteriores del partido, Sanju sacrificó lo poco que tiene de valioso por salvar y maximizar el resultado, taponando con sus partes reales un potente disparo rival. Pero la fortuna ya había juzgado, y nada podría mover ese marcador inapelable.

3-3, el primer resultado "digno" (digo resultado, porque partidos dignos ha habido bastantes) y sobretodo el equipo sumando su primer punto. Pero como la suerte sonríe a los audaces, y a los que perseveran, este punto nos da todavía la posibilidad de soñar: sólo quedan 2 partidos, contra los 2 rivales teóricamente mas asequibles (si bien nunca hay rival pequeño); y todavía no estamos matemáticamente eliminados.
En caso de ganar los dos, la gesta se podría lograr.

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