sábado, 8 de diciembre de 2012

Tres encuentros, tres historias, tres resultados.

    De tríos, tríadas y trilogías va la cosa. Espero que esté a la altura de algunas de las más grandes de la historia, que confío en que mis lectores más frikis recuerden con ilusión. 
  Mucho ha llovido desde la última entrada en este blog, especialmente para el poco tiempo transcurrido; y me atrevería a decir que casi a gusto de todos. Desde entonces, hemos jugado tres partidos con todos los juegos y los resultados posibles, de los que hay mucho que decir y mucho más que analizar. Técnicas, tácticas, sensaciones, habilidades, ocasiones, evoluciones... Ante la complicación presente para narrar todos estos eventos con el tiempo transcurrido, sobra decir que es posible que mi memoria será lo suficientemente selectiva como para que cualquier coincidencia con la realidad pueda ser meramente casual, y aún así sorprendentemente acertada.

     Tras nuestro primer encuentro liguero nos tocaba afrontar un encuentro de mayor calibre contra God Bless Tito, rival que en el pasado ya nos venció contundentemente. Con un equipo improvisadamente unido por alambres, con bajas sustanciales y notablemente la ausencia indefinida de Guedes, nos presentamos el lunes 26 de noviembre a las 14:00 en la cancha. Nuestra mayor esperanza se debía a la presencia de Manu, que siempre imprime una solidez y carácter en el equipo por encima de todo elogio. En la grada también estábamos espectadores inusuales, con la esperanza de sufrir de nuevo un desarrollo épico a la par que espectacular. 
    Con el debido respeto al rival, empezamos el partido con la mejor solidez defensiva, calibrando su habilidad e intentando neutralizar sus armas más peligrosas. Además, con Pedro como única referencia ofensiva estirando el campo hacia arriba, nos sorprendimos con muchas más facilidades para sacar la pelota jugada ante semejante rival. La seguridad transferida por Manu permitía las combinaciones tan simples como perfectas con Nacho primero y Castillo después, evitando toda pérdida de balón innecesaria que pudiera comprometernos. Ellos tocaban con velocidad y agilidad, pero ninguno de mis compañeros desatendió sus deberes defensivos, provocando que el partido cayera en un ritmo poco dañino en el que nos sentíamos cómodos. Fue así como en una jugada a balón parado, aprovechamos la solidez impregnada para que Pedro le pusiera un balón a Manu en el corazón del área, que colocó inexorablemente en la portería ante la pasividad rival. Bastaron un par de pruebas con su portero para comprobar que era su talón de Aquiles; y Manu fue la encarnación del bello Paris de Troya para acertar con un dardo lejano en el fondo de las mallas. El 2 -0 brillaba en el marcador (puramente imaginario) en el ecuador de la primera mitad; el rival ni lo había visto venir, pero no era en absoluto desmerecido.


     Era su turno de tomar la iniciativa para demostrar sus cualidades, y aprovecharon la falta de confianza de nuestro portero amateur para recortar distancias en el marcador. Pero no consiguieron cambiar la dinámica, y seguíamos haciendo nuestro juego sin problemas de confianza. Al borde de la primera mitad, Manu retrasó un balón hacia Santos (¿Héctor?), quién se encontraba con una enorme cantidad de espacio para tirar: el primer tiro fue interceptado por la defensa, pero como si del mismísimo Kobe Bryant se tratara, cogió su propio rebote ante la confusión defensiva rival y soltó un potente disparo se coló tras golpear el larguero. No estábamos acabando de celebrarlo, y mientras yo estaba intentando restablecer la concentración de mis compañeros : "No os distraigáis, no queda nada para el descanso, concentración y defended jugando como hasta ahora". No falla, a la jugada siguiente; gol. 3-2 y no había tiempo para más antes del descanso.

     No tenía mucho que decirles, lo estaban haciendo mejor que nunca, todos ayudaban y los cambios desde el banquillo encajaban con una sólida insólita hasta para el mismísimo marqués Del Bosque. El equipo estaba rindiendo, el rival era difícil pero había pocos motivos para que el partido se nos escapara. Sólo teníamos que administrar bien nuestras energías y sobreponernos a todo obstáculo que pudiera surgir. Tras la reanudación ellos salieron mejor que nosotros, y el cambio de portero nos dio un momento de debilidad y falta de confianza en la defensa. Un tiro lejano se le escurrió a Santos, portero provisional, y dejó el partido en empate. Nada había cambiado, y seguíamos jugando como antes. Ni siquiera cuando en otra jugada aislada marcaron el cuarto gol y se colocaron por delante en el marcador parecía que nos viniéramos abajo. Quedaban unos 14 minutos de partido, y era tiempo suficiente para vender muy cara la derrota. En una buena combinación, Manu sacó un pase largo para Ignacio, quién subía rápidamente la banda como llevaba haciendo todo el partido. Un recorte rápido provocó una falta flagrante desde una posición complicada, pero no imposible. Todos sabíamos quién tenía que tirarla. Tres rivales en la barrera, el otro cerrando en el centro del área; y Manu colocando la pelota. Lo siguiente que recuerdo es oír el palo y ver el balón en la escuadra.
    Era el empate: 4-4. Y por primera vez, parece que el rival estaba al borde de la extenuación, mientras que nosotros corríamos y atacábamos desde el primer minuto (permítanme la licencia del plural mayestático aunque mi lesión de tobillo me condenaba a sufrir desde la banda). El partido estaba en un equilibrio casi virtual, que podía romperse en cualquier momento. Sin embargo, lo que se rompió fue la tibia de un rival en una ocasión de peligro en nuestro área, al intentar una filigrana frente a Santos. Quedaban 7 minutos de partido, pero en ese momento todos sabíamos que se había acabado.
El rival se quedaba con cuatro jugadores, tras la lesión de ese y la marcha de otro; y nosotros, orgullosos del partido presentado y reconociendo el gran partido que nos habían planteado, no tuvimos ningún problema en aceptar con el debido señorío el empate pactado, que hacía una justicia poética y nos permitirá a todos soñar y divagar con los hipotéticos desenlaces posibles. Si la guerra de Troya fue demasiado larga, esta se zanjó con un armisticio sin vencedores ni vencidos (aunque muerto Patroclo, en esta ocasión Aquiles se tenía que ir sin ocasión de vengarlo), evitando mas víctimas y dejando a todos contentos, después de haber combatido únicamente por la belleza del propio combate.
Desde aquí hablo en nombre de todo mi equipo para mandarle un mensaje de apoyo y desearle una pronta recuperación al rival lesionado; nuestro fútbol no tiene más objetivo que la diversión y el resultado, que este año nos está siendo mucho más favorable, nunca será más que un objetivo secundario.

[...]

    Al día siguiente, con la memoria de tan épico encuentro y el cansancio acumulado en nuestras piernas, nos enfrentamos al equipo amigo Jungla-Dit. En aras de ir recuperándome de mi lesión, y de participar activamente de las posibles epopeyas prosaicas que pudieran suceder, decidí ocupar la portería todo el partido para liberar a mis compañeros de esa tarea; permitiéndoles a ellos centrarse en sus otras labores y a mí tener un punto de vista privilegiado de todo el partido. El partido tenía un aire enrarecido, entre la confianza y la amistad latente unida a la seriedad extrema para no desmerecer al rival. El partido transcurrió según lo esperable y el marcador así lo reflejó, por lo que me dispongo a resumir las sensaciones por encima de los hechos acontecidos. Antes de nada, estoy orgulloso del partido planteado por mis compañeros, que cometieron pocos errores, sabiendo que ante un rival así todo error acaba como gol en contra. Corrieron más que nunca, y el cansancio hizo mella desde los primeros instantes. Tuvimos serios problemas para sacar la pelota, en los que mi ayuda desde la portería fue demasiado inútil (he de recordar al lector incauto que en fútbol sala el portero sólo puede tocar el balón una vez por jugada, durante 5 segundos si es en su campo, so pena de cometer cesión), la mayoría por mérito del rival que dedicó gran parte de la primera parte a una presión encomiable. Ellos tuvieron tanta habilidad como suerte para marcar, con los famosos tiros potentes de Kike que tuve el gusto de afrontar, más de uno se coló desviado por un defensa que no llegó a tiempo de cerrar. La primera parte cerró con un merecido 5-0 a su favor; por lo que decidieron aflojar la intensidad de la segunda parte y dedicarse a algo más lúdico. Nos permitieron jugar y tocar, por lo que nos encontramos mucho más cómodos en la segunda parte, pese a que no fuimos capaces de anotar ninguna de nuestras ocasiones. Este esfuerzo extra en ataque se vio claramente repercutido en nuestra solidez defensiva, que no fue capaz de aguantar la velocidad rival, dándoles margen a algunas bonitas combinaciones y filigranas. Todos ellos firmaron un buen partido, en acorde con sus habilidades respectivas. El partido finalizó 8-0; y he de decir que estoy agradecido al rival por la aparente seriedad con la que jugaron algunas partes del partido y el buen rollo de otras, sin necesidad de menospreciar o humillar. Mis compañeros por su parte lo hicieron bastante bien, y más si tenemos en cuenta el cansancio acumulado y la baja de alguna referencia fundamental de nuestro juego, tanto en ataque como en defensa.

[...]

    Como véreis hasta aquí me he limitado a hacer un resumen más o menos literario de lo sucedido, sin aburrir a los lectores, presumiblemente expertos en fútbol y conocedores del juego habitual del equipo, con análisis más exhaustivos de los beneficios, causas y resultados de estas variaciones de nuestro juego. En estos pocos partidos transcurridos desde que soy capitán de este equipo, nuestra dinámica ha cambiado un tanto inexplicablemente, y he sido fiel testigo y espectador de la misma en todos nuestros encuentros. Si me he abstenido de hacer dicho análisis hasta ahora es porque, salvo la evidente influencia del buen hacer de Manu en nuestros partidos, flagrante y remarcada desde el primer encuentro que narre; y la muy notable mejora física y estratégica de Seijo desde que se liberó de sus responsabilidades de capitán, el resto de factores destacables fueron la causa fehaciente del desarrollo del tercer encuentro que me dispongo a narrar, entre esta caterva de imprevisibles sucesos:

                       

   El pasado lunes 3 de diciembre, fecha en la que el ex-capitán Seijo y yo mismo celebramos nuestro cumpleaños, nos enfrentamos en la cancha de baloncesto contra el Arsenal Tintop, en el que milita nuestro conocido Daniel Paniagua. Todos nuestros reportes de ojeadores nos informaban de que este era el otro equipo más asequible del grupo después del que ya habíamos enfrentado; y que su trayectoria en las pasadas temporadas había sido casi paralela a la nuestra. Era pues, un encuentro prometedor en el que tendríamos que dar lo mejor de nosotros para imponernos. Era un encuentro importante, porque mostraría nuestra hipotética mejoría. Era como una lucha contra nosotros mismos a través del espejo. Era como cuando en un videojuego compites a contrarreloj, contra tu anterior crono, y ves el fantasma de tu antiguo jugador con su partida. Jugábamos además en condiciones extremas, con 5 jugadores únicamente, contra un equipo que suponíamos rápido e infatigable. 4 valientes jugadores de campo además de yo mismo: Santos, Pedro, Nacho e Ignacio. Para enfrentar un partido vital. Yo volvía a jugar de portero, para dirigir a mi equipo desde dentro, pero estaba deseando que alguien cansado quisiera cambiarme para correr y jugar un poco, luchar más activamente por el equipo. Aunque he de confesar que no me disgusta nada eso de llevar la responsabilidad de la portería y organizar a mis compañeros desde atrás.
     Nuestras primeras impresiones fueron de sorpresa, porque resultaron ser un equipo serio, muy rápido y hábil, bien colocado y que distribuía con mucha seriedad e inteligencia. Muy por encima de lo previsto; pero ya habíamos jugado contra mejores rivales.  Con las recetas típicas intentamos resistir sus embistes, economizando hasta el último gramo de energía porque sabíamos que lo íbamos a necesitar. A los cinco minutos empezábamos a flaquear... "¡Santos, pégate a ese, que no tire!" Gol por toda la escuadra, antes de que llegara a taparle bien. No estábamos jugando mal, pero no teníamos sensación de poder llegar a crear peligro; como si nos faltara algo. Un par de jugadas después, otro zurdazo del mismo jugador se colaba por la escuadra opuesta ante mi impasibilidad. 2-0. En esos momentos, reconozco que mi confianza y mi ánimo estaban por debajo de lo esperado y de lo debido por mis responsabilidades. Sin embargo, en la magia del fútbol hay ciertas sensaciones que sólo son palpables dentro del campo, apenas inapreciables o imperceptibles para los que no están en contacto con el balón. Estas sensaciones son las que explican que un equipo que tenía esa habilidad técnica tuviera un registro de resultados tan pésimo. Mis compañeros ya habían encontrado las grietas que harían que su muralla se desplomaría. Poco a poco, Nacho tomo la batuta para erigirse como MVP de un partido memorable. Empezó a tocar y distribuir con mucho criterio, combinando con Santos e Ignacio mejor de lo que yo les había visto hacer hasta ahora. Poco a poco empezábamos a despegar, y Pedro marcó tras un buen desmarque tras un gol que fue toda una declaración de intenciones. Y volvió a hacerlo, metiéndole el cuerpo al rival, para sellar el empate a los pocos minutos. Sin embargo, si todo fuera un camino de rosas, sería demasiado fácil y aburrido para que yo tuviera nada que escribir. El agotamiento físico jugaba en nuestra contra, y el tiempo hasta el descanso se nos empezaba a hacer eterno. Movidos por un orgullo y un compañerismo sin par, ningún compañero accedía a cambiarnos, y buscábamos una posesión para poder pedir el tiempo muerto. Fue en esos momentos agónicos cuando, en pos de un desafío aún mayor, para que la hazaña quedara esculpida en la historia, el rival nos marcó un gol que confirmó nuestro bajón mental tradicional al filo del descanso. Aún tenemos que remediar esos problemas, pero la primera parte había cerrado 3-2 para ellos. Un resultado agridulce, bien podía haber sido mayor o menor. El caso es que al descanso teníamos muy claro el camino a seguir y como queríamos que acabara el partido. No tuve mucho que decirle a mis compañeros, sabían mejor que yo lo que sabían y tenían que hacer; y con ese ánimo salieron la segunda parte con energías renovadas.


     Pedro fue la personificación del peligro, al establecerse como un delantero sólido que le ganó la posición en cada balón, protegiendo y conservando la pelota al más puro estilo de Adebayor o Benzemá. Igual fue por la inesperada presencia de público femenino, pero recordó al partido de Llorente frente a Portugal en cuartos del mundial de Sudáfrica de 2010, derribando los defensas como si fueran bolos. Incluso definió insospechadamente bien cuando se dio la ocasión, metiendo bien la puntita ante el portero al estilo clásico del delantero rápido y escabullido. Santos confirmó su creciente progresión tanto en habilidad como en físico, luchando para confirmar su juego de Khedira. Corrió, presionó, regateó, avanzó con verticalidad y distribuyó cuando fue preciso. Nacho e Ignacio se entendieron perfectamente en defensa, cubriendo y presionando, sacando el balón con seguridad. De hecho, hasta obedecían mis órdenes de colocación, cosa impensable si estuviera yo en el campo. Incluso avanzaban usando regates simples para desordenar al rival, aprovechando su falta de ánimo en defensa. Aún así cuando Pedro marcó el gol del empate en el minuto 8 de la segunda parte (3-3), cerrando su victorioso hat-trick, tuvimos que pedir tiempo muerto para recuperarnos; como quién toma aire antes del último largo, el del sprint final para ganar la carrera. Como en Pekín 2008, ellos eran Cavic y nosotros éramos Phelps. Lo que quedaba de partido se iba a decidir por quien tuviera la mejor actitud, un partido por la fuerza del espíritu cuando la del cuerpo empieza a escasear. Había que creer en la victoria, cuando está todo en la cabeza no se puede flaquear cuando decaigan las ganas. Yo sabía que el partido estaba en mis manos, y que si no me marcaban acabaríamos ganando, que sólo tenía que confiar en mis compañeros para que marcaran un último gol; y pasara lo que pasara ese balón no entraría en mi portería. Así fue escurriéndose el tiempo, agotando tanto a unos como a otros.
      Y cuando ya sólo quedaban dos minutos, Santos fingió el quiebro, corrió al desmarque adelantando por milésimas a su defensor, y metió el pie lo justo en un saque de córner, con la certeza de que eso se convertiría en el gol de la ansiada victoria. 4-3. El poco tiempo que quedaba se desvaneció entre los ataques de un rival desbocado, que se fueron estampando uno tras otro inevitablemente contra nuestra defensa, perfectamente plantada.

[...]

    En estos tres partidos, un empate, una victoria y una derrota, hemos jugado mejor que en ninguno de los partidos jugados hasta esta temporada. No puede ser una mera coincidencia con mi ausencia, y estoy muy satisfecho del juego de combinación que desarrollan mis compañeros en mi ausencia, aunque este me vaya a condenar al banquillo o la portería indefinidamente. Quedan infinidad de detalles por pulir, principalmente aquellos de cara al gol, porque ha quedado bien claro que cuando marcamos no perdemos. La mejora física de algunos compañeros como Seijo, Santos o Pedro es trascendente y permite el desarrollo táctico de otros como Nacho. Con el tiempo y la actitud se irán salvando mágicamente estos detalles, como ha sucedido hasta ahora, lo único que queda es conservar la confianza para mantener esta dinámica.


Nota: Quiero finalizar rogando que me disculpen todos los apasionados lectores que llevan tiempo esperando ansiadamente novedades de nuestros últimos encuentros y sus resultados insospechados; pero ya supondrán que cuando las noticias se acumulan se necesita cada vez más tiempo para describirlas, y cuanto más tiempo pasa más noticias surgen. Aunque parezca mentira, la inspiración a la hora de escribir sandeces requiere de un tiempo del que todos escaseamos aún superior al que usamos para leerlas. Como cronista, he de decir que da gusto cuando los hechos superan a la épica y me exigen un esfuerzo mucho menor a la hora de encontrar las palabras para describirlos adecuadamente. Sé que se le puede impregnar un toque más épico y glorioso a la magnitud de los hechos, pero hay ocasiones como esta en las que sencillamente no es necesario.
Nota 2:   Recuerdo a nuestros lectores que llevamos en liga 2 victorias, 1 empate y 1 derrota que suman un total de 7 puntos. Las fotos del artículo son bastante aleatorias para distraer al lector de tan abundante cantidad de texto, estuve a punto de poner un book entero de Mourinho. Se admiten sugerencias para futuras entradas; pero no me vengáis con señoríos, valors, seny, humildat y esas polladas. Sí, he dicho polladas, tenía ganas ya entre tanto palabro inútil.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Crónica de una victoria anunciada

     Buenos días a todos nuestros lectores. Hoy la introducción será larga, ármense de paciencia.
    Hace ya casi un año que no escribo en este blog, en parte por falta de ideas y de originalidad para poder narrar cada partido la misma historia, sólo que con otros nombres. Ha llovido mucho desde entonces, pero no hubo grandes cambios. Cerramos la temporada pasada como la anterior, sin obtener ninguna victoria: de hecho perdimos más de uno, más de dos y hasta más de tres partidos en los que fuimos ganando hasta escasos minutos del final. Plantamos cara con frecuencia, pero nos faltaba algo. Sabíamos que era cuestión de tiempo que el marcador acabara cayendo de nuestro lado.

    Después, un largo verano para recuperar energía y prepararse al nuevo asalto. Con ligeros cambios en el equipo, Seijo dejando la capitanía a Sanju e Ignacio como subcapitán en funciones. Modificaciones también en el formato del torneo, esta vez nos tocaba en un grupo de 7, pero habría también copa. En nuestro grupo, un par de desconocidos, pero la sorpresa de coincidir con el Jungla-DIT;  fusión de Telecolegas e Ingeniebrios. Al menos un rival (probablemente superior) que ya era suficiente ilusión y motivación para nosotros. Todos ansiábamos el primer partido, pero la primera semana nos tocaba descansar. Parecía que el momento no llegaba nunca. 

      Debutamos el martes pasado contra Galianos F.C. Era un equipo formado por los descartes de liga externa. Jugadores hábiles, tácticos; que sin embargo no combinaban bien entre ellos. El estilo rebelde brasileño. Tampoco lo necesitaron, la verdad. Nosotros intentamos plantear un partido serio, pero la baja de Guedes en la portería era un abismo difícil de superar. Como los espartanos en las Termópilas, teníamos que atacar y avanzar con el miedo de saber la espalda descubierta. Su superioridad técnica era notable; pero intentamos compensarla con táctica, estrategia; y ante todo entrega y seriedad. Nuestro mayor defecto es que en el momento en el que cualquiera de estas flaquee o empiecen a agotársenos las fuerzas, todo el equipo se desmorona; y encajamos a placer. Sin embargo, nos intentamos rehacer a cada golpe, como un boxeador en el ring frente a un outsider mucho más rápido que el, al que apenas consigue acertar con cada golpe que intenta, y cuyos contrataques serán temibles. De este modo, Sanju anotó el 2-1 con un buen disparo desde lejos, y a partir de entonces el rival abandonó su ingenuidad y se dedicó a completar su labor. Acabamos 7-1, pero perdiendo apabullantemente por los puntos, pero en todo momento aguantamos el Knock-out

       Debo destacar que había brotes que afloraban esperanza. Santos, cuyo rendimiento siempre había sido una incógnita; y del que siempre se había esperado más bien poco, hizo un partido muy digno en el que aguantó el físico hasta el último minuto, con una destacable labor de equipo. Se diría que está opositando para hacer labores de Khedira; un "tronco" aparentemente carente de habilidad técnica, y sin embargo fundamental en el juego y con mucha más visión de juego de lo que se le presuponía, tocando con una efectividad y simpleza en ciertos momentos de la que deberíamos aprender los demás. Además, Seijo realizó el que probablemente fue su mejor partido hasta la fecha con Goal Fiction, con una solidez aceptable mientras realizaba labores bajo palos, y una solidez mayor tanto en ataque como en defensa en el terreno de juego. Si su mayor defecto hasta ahora había sido la seriedad, las ganas y la fuerza en defensa, tanto de delantero como detrás, hizo esfuerzo para paliarlos con creces.

      Y en estas circunstancias nos avecinábamos al partido del pasado jueves, 15 de Noviembre de 2012, frente al Spoynting de Fotón (mi felicitación personal al equipo rival por la elección del nombre), debut en liga esta temporada.
      Nuestra inteligencia e informes de ojeadores y contactos en otros equipos nos daban datos de que podía ser un equipo asequible; por lo que nuestras ganas aumentaban. Sin embargo, por otra parte, nuestras bajas aumentaban rápidamente: una inesperada lesión de tobillo de Sanju le condenaba a la baja (durante al menos un par de semanas) y Pedro no podría acudir a la hora por razones académicas. Sólo tendríamos 5 jugadores de inicio, 5 valerosos nombres que estarán grabados en adelante en la historia de la épica : Nacho, Santos, Seijo, Castillo e Ignacio. Un servidor estaría presenciándolo todo, impotente, desde la banda; en compañía de nuestro excelentísimo, amado y nunca bien ponderado público. Hasta algún ojeador de equipos rivales se presentó buscando recabar información acerca de nuestro juego. Mis únicas instrucciones a mis hombres habían sido de jugar con calma, divirtiéndose; que no importaba el resultado: la victoria podría esperar aún si hacia falta.
      No debieron calar muy profundas. Las primeras impresiones son siempre fundamentales, y el partido parecía claramente retratado. El equipo rival no buscaba la excelencia, conocía sus limitaciones, y no tenía ningún pudor en dejarnos el balón para realizar nuestro juego y cerrarse atrás. En el fútbol jamás hay rival pequeño. Sin embargo, ante esta situación, nuestro equipo se desorientó y se desubicó, atacando en tromba, desordenadamente, sin saber a quién pasar, defender. Perdieron la perspectiva de la portería con el toque del balón, podían avanzar metros con seguridad pero ninguno se atrevía a tirar, sin saber a quién le correspondía esa tarea. Buscaban e intentaban algún detalle técnico que no eran capaces de realizar, alguno de Santos arrancó carcajadas entre el público. Parecíamos débiles y poco serios, contrariamente a los valores que siempre hemos buscado. Se echaban de menos esos hombres de entrega y espíritu que no tienen temor en tirar del equipo y establecen criterio, como Pedro y Manu. Faltaba una referencia en ataque.
        Durante el desconcierto inicial el equipo rival aprovechó para sacar sus armas. A través de su hombre más rápido y habilidoso, el número 6, montó 3 contras en las que les cayeron 3 goles inapelables. Joder. Tres duros golpes que dejaron al equipo al borde del KO técnico. Como imagen de nuestro juego, el cielo se había engrisecido completamente y auguraba una tormenta, lo que nos faltaba. Había que recuperar la cabeza y cortar la hemorragia. Algunos con más suerte que otros, pero ellos hicieron lo que debían y todos eran merecidos. Ellos se empezaban a venir arriba, veían asequible su victoria: su estrategia, encerrarse atrás y aguantar el resto del partido. Los ojeadores rivales se marcharon dando por concluido el encuentro. Craso error.
       Entonces pidieron tiempo muerto, cuando yo estaba apunto de pedirlo, y era nuestra ocasión perfecta para reconducir el partido. Llevábamos 15 minutos de juego, aún quedaba mucho partido. Ellos tenían un cambio más, por lo que nos daría tiempo a recuperar el aire y las fuerzas. Me acerqué a alentar a mis compañeros e intentar que recuperaran el orden y el juego, el sentimiento general era de incomprensión y desconcierto. Teniendo el balón, pudiendo jugar, no era comprensible que no fuéramos (muy) por delante. Sólo faltaba claridad de ideas y profundidad; la consigna era clara: había que hacer que lo que quedara de partido se le hiciera el tiempo más inagotablemente largo que hubieran vivido. Al reanudar el juego, las cosas ya se veían más claras. Los cincos minutos hasta el descanso destacaron por nuestra solidez, pero su portería parecía todavía lejos. Venga chavales, aguantad.

          
        Ese puntito de savoir-faire que nos faltaba llegó personificado en Pedro al rás del descanso. Como Gandalf en el abismo de Helm, como la Libertad guiando al pueblo en el famoso cuadro de Delacroix. Estaba destinado a erigirse como la referencia en ataque y devolver al equipo la energía suficiente para perforar la portería rival. Icónicamente el cielo se empezó a despejar aflorando los primeros rayos de sol. Al revés que en los estadios de fútbol, empezó a llegar público, que siempre son una referencia importante. Ante la atenta mirada de Guedes y Juanito (importante estrella rival, ambos miembros del equipo de Liga externa), y de Jon y Kike, ex-componentes y corazón del extinto Rayo Teleñeco en el que tuve el orgullo de participar; el equipo se dispuso para la remontada. El rival se borró y el enemigo a batir ahora era el reloj. Con el tiempo en contra, Pedro supuso la capacidad de conducir y de aguantar la pelota en ataque, buscando de vez en cuando la combinación, y el tiro que se necesitaba. Los demás se contagiaron de ganas y seriedad, y advertidos de los peligros del rival atacaron con más cabeza; no volveríamos a pecar de incautos. En la grada teníamos el corazón en un puño, entre la emoción y los nervios el tiempo parecía volar. Todas nuestras jugadas acababan en disparo o en córner, y ellos empezaban a flaquear en defensa, el balón se paseaba por su área pero no había forma de que entrara. Aún.
       Minuto 6 de la segunda parte: en uno de los saques de córner le queda el balón a Pedro, liberado en medio del área, como un náufrago en una isla en mitad del Pacífico sur, quien la coloca sin pensar al fondo de la red. 3-1. Wilson. Se rompe el maleficio y el rival ya está pidiendo la hora. Nos tenemos que venir arriba en la presión, pero sin descuidar la espalda y las peligrosísimas contras de su número 6. Tienen serios problemas a la hora de sacar la pelota, cometen errores y pierden balones en zonas críticas. Flaquean en defensa, combinamos agusto y sólo tenemos un objetivo en mente. Ellos ya están perdiendo tiempo, que se nos escurre entre los dedos, estrángulandonos. Tic tac, tic tac. Pedro roba con fuerza un balón en mitad de su campo, la retiene entre dos y ve la subida de Santos por la banda derecha. Tic. Un zurdo, perfecto. Intenta el centro-chut que remata Castillo a placer. Tac.  3-2. Quedan 8 minutos, de la grada sólo se escuchan gritos de ánimo que instan a la presión y al ataque extremo. Santos y Seijo recuperan la velocidad y las ganas, la fuerza al corte cuando es necesaria. De repente al equipo le sobra energía. Tic. Seijo recupera un balón, Pedro está solo; no falla cuando más se le necesita. Tac. 3-3, empate. Minuto 15 de la segunda parte.
      El equipo rival ya está perdido y desordenado. No saben si buscar la victoria, que en esos momentos parecía inalcanzable vista la situación. Tampoco si conformarse con un empate en un partido que habían estado a punto de ganar y se les escurría entre los dedos. Pero ya saben que cerrarse atrás probablemente no sería suficiente. La ambición es un arma de doble filo, y en este caso aceleró su perdición. Minuto 17,30; Santos se impone en un balón dividido y le pone el pase largo a Seijo, sólo ante el portero. No duda y define perfectamente el gol de la remontada con un tiro raso cruzado a la base del palo largo. Iniesta de mi vida4-3, el partido es nuestro. Más cerca el 5-3 que el 4-4. Ya un sol de invierno radiaba con fuerza y picaba en nuestras pieles. Todo el tiempo que había intentado perder el rival hasta entonces se acumuló en su contra, formando una montaña que fueron lógicamente incapaces de superar. 


          La esperada primera victoria era finalmente nuestra, parecía que nos había hecho sudar mucho más de lo esperado. Así sabrá mucho más dulce. No me molestaré en hacer un análisis más detallado de las aportaciones individuales de cada uno, pues hoy sólo importa el resultado colectivo. El buen hacer y el valor para superar la adversidad. No hay gesta fácil ni asequible. En adelante quedará grabada en nuestra memoria; y en nuestras retinas, las de nosotros los afortunados espectadores que presenciamos este encarnizado duelo desde la impotencia de la banda, animando hasta la extenuación a los paladines que defendían nuestros colores.


martes, 6 de noviembre de 2012

Un Día Más


Un día más, un año más, comienza la temporada. La gente, al vernos año tras año, pierde la esperanza, y nosotros, a pesar de tenerlo todo en contra, aumentamos nuestras expectativas, nuestro deseo de llegar más lejos. "No es muy difícil llegar más lejos con vuestro palmarés" dirán. Ellos suelen reír cuando comentamos lo de cero partidos ganados el año pasado, ni mucho menos fue lo esperado, es duro pero es así, lo que pasó, pasó. Ahora comienza un nuevo año. No es ni un nuevo ciclo, ni una nueva era,... Somos los que eramos hace 8 meses, un grupo de amigos que se divierten jugando cuando tienen la ocasión, y a mucha honra.

Podrán decir que no tenemos físico, ni técnica, ni control, ni nada. Podrán decir lo que quieran porque, seguramente, tendrán razón. Pero lo que no podrán decir es que no nos divertimos, que no fue bonito jugar codo con codo entre amigos, en nuestro tercer año en el equipo para la mayoría, nuestro cuarto en la carrera, la que nos ha hecho degustar la derrota tantas veces. Ya no nos amarga su sabor, lo vemos como algo normal, y es ahora, cuando uno se libera de esa prisión mental, cuando llega la revolución. Únicamente cuando se pierde todo somos libres para actuar decía Tyler Durden, y es el momento de actuar.

No pido implicación, sé de sobra que la hay en cada partido, no pido devoción por la causa; lo único que se me antoja es que un año más, una hora a la semana, volvamos a ser un equipo, volvamos a estar unidos todos con fe en la victoria, y que durante esos cuarenta minutos demos todo por el gol y que, persistiendo, llegue, que nos haga sentir mejores, que nos haga sentir bien con nosotros mismos y felices con nuestro equipo, que nos haga sentir que el esfuerzo del momento valió la pena.

Y es justo de eso, de sentir, de lo que va todo esto, porque conocemos demasiado bien la derrota, porque decir que una vez empatamos nos sabe más bien a poco. Por todo eso, quiero sentir la alegría y compartirla, quiero saber lo que se siente al ganar con este equipo y quiero saber que no descansaremos hasta encontrar la victoria.

"Tomorrow we'll discover
What our God in Heaven has in store!
One more dawn
One more day
One day more!"

jueves, 1 de diciembre de 2011

Confesiones de un futbolista de mierda

Se acelera el tiempo y se acumulan los acontecimientos, en esta montaña rusa que es la liga. De momento - y nada parece predecir que va a acabar pronto - estamos en la cuesta abajo inicial, casi caída libre. Igual vendrán los ahora los loopings, la emoción con todo lo que conlleva. Pero hasta el momento, la mayor diversión. Y espero que el lector me disculpe, porque me dispongo a escribir las dos últimas crónicas consecutivas; pero el que se aburra que se salte lo que quiera, o que ponga un marcador y lo lea en otro momento.

Y llamádme exquisito si os parece, pero lo más lógico me parece ir contando las cosas en orden cronológico, tal como sucedieron; sin inútiles florituras literarias.

El primer partido nos enfrentaba a la Juve de Thevenin. Un rival cuánto menos asequible, y nos lo pasamos bastante bien. Perdimos, eso sí. Pero por fin jugabamos contra gente de nuestra edad, lo cual nos daba bastante confianza; y encima no tenían recambios, y nuestras bajas no eran tampoco muy numerosas. El partido fue bronco y duro, bastante estricto y volcado en la eficacia, y sin embargo no cayeron muchos goles. Posiblemente el partido más aburrido para la afición mas fiel de todas. Esta afición que está casi esposada al equipo, en las buenas y en las malas, a veces más numerosa y otras veces menos, pero siempre igual de enérgica. Y sin duda, envidiable. La juve de los hermanos Derrick comenzó jugando su juego, planteando su juego y midiendo muy bien las fuerzas y la estrategia. Un gol tempranero les colocaba por delante, con toda la ventaja de defender el fuerte desde la colina mientras durara el asedio, hasta que la campana llegara a rescatarlos. Nos vimos con el control del balón, con el deber de jugar y luchar a ganar; pero aún con la ayuda de Manu al equipo le faltó frescura. Fue probablemente lo más destacable del equipo, especialmente por un tirazo al larguero desde nuestro campo, y ya van unos cuantos. Pedro hizo una muy buena primera parte, pero es un jugador extraño que sólo jugara bien una de las dos partes. Si el rival es bueno, empezara perdiendo balones y atascado, y en la segunda parte desplegará su juego de toque, ayudando al equipo; y si le permiten avanzar se encarga de tirar para adelante del equipo, hasta que vea que le permiten conducir con cierta comodidad y le entre un cierto gen de Lass. Sanju tenía las piernas plomizas e inútiles, como encadenado; y su actuación dejo mucho que desear, y posiblemente estuvo menos tiempo del merecido en el banquillo. Los demás cuajaron un partido decente, en su tónica, aunque sin ningún brillo. Ni siquiera la gran esperanza que habita en la portería evito que el marcador reflejara un resultado más esperanzador, y porque no decirlo, tal vez más justo. Y cómo no, ya en los estertores finales del partido y con el equipo medio muerto y medio perdido, un equipo que se había dedicado sin fruto a lanzar peligrosísimas estocadas a la contra todo el partido, tuvieron que dar fruto en las dos últimas contras del partido; sin piedad del desorden y el caos formado entre nuestras filas. Finalmente, un 3-0; nuestro mejor resultado hasta la fecha en uno de nuestros partidos más aburridos.

Sin embargo, la única ventaja que le veo a este tipo de crónica es que va a quedar muchísimo más palpable la contraposición con el siguiente partido; que fue todo lo opuesto.

Nos tocaba enfrentarnos al temido Equipo Team, unos de los mejores de la liga. Y sobretodo temido por la deserción de nuestros amigos; ya que nuestro jugador nº12 Andreo; y nuestro queridísimo portero Guedes, esta vez hacían parte del enemigo. Sin embargo, este era mayor motivo para nuestra ilusión, y sin duda el partido al que más ganas teníamos y tenemos esta temporada. Y semejante duelo en la cumbre fue recibido como se merecía, no exagero si digo que en algunos partidos se han visto los campos de Sport del Sardinero más vacíos que nuestra pista como estaba hoy. Sin Guedes, Manu se plantó en la primera parte en la portería, y el equipo demostró que cuando conserva las fuerzas y la mente puede hacerlo muy bien. Con una sólida defensa y cierto criterio con la pelota, conseguimos ponernos 1-0, gracias al gol de Pedro. Sin embargo, el miedo a la reacción rival potenció dicha reacción, y el resto de la primera parte fue un recital rival ante un equipo en desbandada. Cayeron 4 o 5 goles, pero Manu, que paró lo justo, tenía la impresión de que entraron muchos más. El descanso no fue suficiente para enfriar la mente, y tras el cambio de portero por Castillo - que pide que la afición lo conozca como Chester - la frialdad de Manu en el campo tardo en imponerse. Para cuando el partido se estabilizó, con el gol de Sanju, la diferencia ya era dificilmente salvable. Hombre a hombre, salvo Manu, que luchó con cierto pundonor (que me gustaría personalmente agradecer), la mayoría de nosotros jugó mejor al ataque y falló mucho en defensa; aunque en este caso hay que reconocer que es por mérito del rival. Castillo ha hecho un partido digno, y se nota que cuando esta en forma le aporta mucho al equipo; pero tiene que recuperar parte de su físico aún, y al final de la primera parte ya estaba superado. Sanju ha hecho un partido decente arriba, con un gol ajustado y un par de filigranas que hicieron la delicia del píblico incluidas (me ha pedido personalmente que le recuerde a Andreo, que en la vuelta ya le enseñara un poco más), pero en defensa ha sido el culpable de la mayoría de los goles. Santos ha mostrado una clara mejoría esta temporada y se atreve con tiros cada vez mas decentes, pero le falta muchísima disciplina y algo de seriedad en defensa también. Pedro, lesionado y bastante afectado por su rodilla, ha cuajado un partido digno, mezclando defensa y ofensa - cuánto más proporcionadamente lo hace, más crece el equipo cualitativamente - y probablemente agradeciera un descanso más equilibrado con respecto a otros partidos. Ignacio ha hecho un partido sobrio, sin milagros, pero tampoco era un equipo que lo permitiese. Manu tampoco ha hecho su mejor partido, pero siempre cumple en defensa y en ataque; aunque hay que decir que el equipo en general no ha explotado al máximo sus opciones en ataque, y ante un rival como el de hoy, lógicamente eso no se podía permitir.
El partido acabó 2-9, y sin embargo ha sido de los partidos más bonitos y divertidos que hemos jugado, en el que más movimiento de balón y de jugadores ha habido, y en el que mejor se ha tratado la pelota. Bastantes ocasiones incluso para nosotros ante un rival de esta talla. Y eso que en algunos momentos se han crecido quizás demasiado, y siempre hay que guardarle respeto al rival, y aunque han primado las ganas de jugar y la amistad igual hubieran merecido un trato más estricto. Y si no apoyamos a Manu en ciertas acciones, es porque considerábamos que con el panorama presente, moralmente no merecía la pena calentar el partido. Pero me han llegado disculpas formales de jugadores como Andreo, que además es una grandísima persona como así lo refleja su gesto - Dios sabe que odio parecerme a cualquier periodista cutre, tonto y odioso del Marca, pero considero que la situación lo merece y que el lector es lo suficientemente inteligente y capaz para entender el contexto y leerlo como se merece-.

Y como siempre, la gran presencia de público en las gradas, entre ellos grandes entendidos del fútbol y mejores comentaristas como Juanito, Xepa, Kikor o Lois han contribuido para animar aún más este partido, entretenido como ha sido; por lo que les agradezco a todos su presencia y les incito fervientemente a seguir acompañandonos en otras ocasiones. Y honrar la memoria del Capi, de su reina Cersei y del lesionado Nacho, todos hoy ausentes, que seguro que hubieran sido espectadores y actores en tal heroico espectáculo.

Y aunque suene paradójico o dificil de creer, mañana más, porque nos toca afrontar a la épica y jugar con todo en contra frente a otro nuevo rival. Ya les contaremos.

N.B. : En un brote de inspiración inicial, había decidido titular esta crónica "Sensación de Vivir"; sin embargo, ya que no hacía ninguna referencia en especial a una serie que no he visto - ni creo que ninguno de vosotros lo haya hecho, pues nos pilló muy críos e ignorantes - y de la cual desconozco hasta el argumento; dicho título parecía un poco incoherente por un lado y pretencioso por el otro, digno de algún pseudo-filósofo (Dios me libre) que trate de justificar su lucha con una ideología - y no hablo necesariamente de Guardiola - o, mucho peor aún, de cierto alumno y compañero de IRIN. Por lo que pensé que el actual era bastante mas humilde (pero humildad de verdad, no de la del Barça) y sincero; y que con suerte incluso conseguía motivar a nuestros jugadores más indies, igual hasta a Santos.

jueves, 3 de noviembre de 2011

El "pupas"

La verdad es que hay poco reseñar de la última derrota del equipo; algo que no es ninguna novedad, pero que nos afecta como siempre. Yo, que siempre he sido optimista, lo veo una grandísima cualidad, y es que este noble equipo jamás pierde la ilusión, y entre un traspiés y otro, siempre tiene tiempo a levantarse y plantar cara antes de volver a besar el suelo. Y es que ahora que ha vuelto Manu, somos más del Atleti que nunca.

El rival de esta semana era perfectamente asequible, el juego no ha sido nada malo, y teníamos mas plantilla y mas en forma - a excepción de Sanju que era duda médica, pero se puso a punto a última hora; y Pedro que ha caido a mitad del encuentro - el resultado es idéntico al de la jornada pasada. Otro 6-1, y parecemos un mal jugador de tennis, probablemente del atleti. Vamos con lo futbolístico, que sé que es lo que menos os interesa, puesto que el mismo partido lo vimos todos, y como espectáculo no fue precisamente grandioso. El rival no fue mucho mejor que nosotros, aunque nos hizo mucho daño con su juego incisivo y sorprendentemente rápido para lo que se podía esperar por la edad y la falta de cambios. Pero la experiencia es un punto, y pese al gran portero que teníamos, Guedes, y que esta vez no pudo hacer sus milagros; así que jugaron su juego y marcaron las que tuvieron. Que tampoco fueron tantas, pero fueron o claras o suertudas. Pero la suerte hay que tenerla y que aprovecharla, y hay equipos como el Atleti, que jamás la tendrán de su lado, y otros que jamás la sabrán ver. Nosotros pudimos y debimos hacerlo mejor, pero cuando la bici no tiene frenos cuesta mucho pararla si las cosas se ponen cuesta abajo. El colmo fue el gol cantado que fallaron entre Sanju y Manu - posiblemente poseído por el espiritu del gran Kiko Narváez - ; muestra de que no se marca sólo con buena intención, y que en la lucha no hay perdón. De nuestro equipo, destaco la prometedora aportación de Manu, que no hizo su mejor partido; pero confío que no se contagie de la dinámica negativa del equipo y sea el revulsivo que esta llamado a ser. También el sólido partido de Ignacio, que como Xabi Alonso, nunca hace una labor muy resultona y destacada, pero siempre destacable; sabe hacer lo que se le pide y sigue siendo un perfecto cumplidor. Y Pedro, antes de caer lesionado, ha cuajado un partido más que decente y sigue ganando en criterio como necesita el equipo; marcando nuestro gol. Y finalmente, me encomiendo a la virgen de Zocueca para que Santos siga mejorando en sus actuaciones, ya que hoy parece que motivado por su reciente ascenso al equipo A, ha cuajado un partido decente en el que, como siempre, sólo le ha faltado fuerza y ganas.



Pero quieran que no, estos equipos malditos son los que mas cariño y respeto infunden. Y a mayores penas, más grande será una alegría cuando llegue, y más grande la ilusión partido a partido. Y si hay algo envidiable del atleti es "sinuna duda, la afitsión". Y no hay otra como la nuestra, que veo que acudió a nuestra llamada, y hoy ha estado ahí apoyándonos como siempre, como si de un matrimonio se tratara, en las buenas y en las malas. Y confío en que estén con nosotros el próximo, y los siguientes; por lo menos hasta que el maestro Sabina nos componga un himno.

lunes, 31 de octubre de 2011

Por donde empezar...

La entrada de hoy, más por necesidad que por el indiscutible afán de palabrería de un servidor, tiene pinta de ser larga. Para empezar, como cronista - no confundir con tronista, como los de cierto programa de televisión, que yo estoy considerablemente más bueno; aunque a través de la pantalla lamentablemente no podáis apreciarlo - le debo una disculpa, o cuanto menos una explicación, al eternamente fiel seguidor de este blog y por tanto de este equipo. Como los más avispados habréis constatado, las últimas dos crónicas, el esprint final y episodio más emocionante de la temporada pasada, brillan por su ausencia. Estoy seguro de que cada uno le habréis adjudicado diversos motivos a esta carencia de material de emocionante a la par que emotiva lectura; pero probablemente ninguno sospechéis el verdadero motivo. Los mejor pensados deduciriáis que se las habría comido mi perro - si bien no poseo tan noble animal -, otros que los resultados dejaban poco lugar a la imaginación y no merecían ser narrados; alguno que tal ausencia daba a entender la imprevisible trayectoria del equipo, que habría afectado a mi estado de ánimo, eliminando cualquier gana de poder juntar palabras de lo doloroso que sería en mi el recuerdo; y los peor pensados, como no, que no me salió de mis dos ilústrisimas glándulas genitales. Quiero dejar bien claro que esto es completamente falso, al igual que es falso que no me hubiera dado cuenta de la modificación de formato del susodicho blog - para los romanos: "Excusatio non petitia, acusatio manifesta" - pues con toda mi buena fe, solo quería mantener intacta la ilusión y la esperanza de nuestros seguidores, librándola de todo pesar, para tiempos futuros.
Pues bien, esos tiempos futuros han llegado.

La nueva temporada ha llegado, como muy claro os debe haber quedado en la entrada anterior. Sin embargo, lo que no parece tan claro es que nos ha pillado en plena pretemporada. En frío. Con el equipo sin carburar, y ni siquiera tocar, afrontamos el partido la semana pasada con algunas bajas, bastante notables. Actitud como siempre, sobró, pues si en algo pecamos nunca es de falta de entrega. Pero la potencia sin control no sirve de nada. El equipo salió al campo con muchas ganas, como el toro en Las Ventas, y se desfogó corriendo detrás del balón. Sin Guedes de portero, Ignacio tuvo una muy buena actuación en la primera mitad. Sanju, que salió como revulsivo cuando las fuerzas de un equipo cansado de seguir la pelota comenzaban a flaquear, hizo lo que se le podía pedir, y marcó un gol que entró a regañadientes tras una jugada personal. Ante el arreón consecuente del rival, al equipo le falto tibieza y cabeza, que no nos pudo contagiar una de las aportaciones estelares de esta nueva temporada, Pablo Castillo - alias Paul Castle, al otro lado del charco- muy destacado durante toda la primera mitad. Así llegó el gol del empate rival, y con él, las primeras dudas de un Ignacio, hasta entonces milagroso, que perdió en un instante toda la solidez mostrada hasta la fecha y encajó otros dos antes del descanso.
A la vuelta del descanso, más de lo mismo. Con el resultado ya afianzado, el equipo tocó con mas criterio y no lo hizo mal, pero faltó una chispa a la hora de definir, porque ocasiones hubo. Seijo como portero no hizo un "Javi Varas", pero tampoco había ningun derecho para exigírselo, y acabo encajando otros 3 en una actuación aceptable. Ignacio, fuera de la portería también tuvo una actuación más que decente, haciendo lo que se le puede pedir. Castillo, hasta entonces muy eficaz, se perdió un poco agotado por el cansancio, y Nacho tambien pagó el precio del esfuerzo de la primera mitad; pero destacó la clara mejoría de Pedro en la segunda mitad, que abrió algun espacio entre las altas torres rivales - porque, aunque no lo haya destacado hasta ahora, el rival era cuanto menos un equipo de altura- y tocó con cierto criterio ayudando en la creación. Y así el partido quedo estancado hasta la lesión de Sanju en los minutos finales, y el posterior pitido final, cerrando el marcador con un tanto injusto 6-1. Porque si bien no merecimos ganar, la derrota no mereció en absoluto ser tan abultada. Y aunque carezca un poco de sentido hablar de "merecer" en temas futbolísticos, es innegable que acusamos la ausencia de un guardameta de renombre como Guedes.
El balance de este primer partido, casi de pretemporada, no es muy prometedor; y además nos vemos lastrados por las amargas y esperamos que cortísimas lesiones de Nacho y Sanju. Con Sahin lesionado, el virus FIFA, el villarato, platini, la UEFA, la RFEF, el capitalismo, los anarcosindicalistas-nazis y toda la mala suerte en contra, os tendremos al tanto de nuestras épicas aventuras y desventuras.

Antes de despedirme, quería hacer la sugerencia a nuestros seguidores de que siguieran el twitter del equipo @GoalFiction; así como el de nuestros jugadores: @daniseijo, @poverufi, @jsanjup, @igvaquero18, @ne14 y @JSanchezRnR (los otros dos desconozco su cuenta si la poseen). Respectivamente, Seijo de Perrilla, Cebolla, Sanju-landrón, Lucky Luke, Poli Egido, Jose Cantos, y cierran el once SandCastle y Manuel Becerro; es la alineación tipo de grandes entendedores del futbol en twitter como kakadlavaka.
Y una arrobaMención muy especial a nuestras seguidoras (y seguidores); en especial las que vinieron a vernos: la capitana, o la consorte, la mano negra de acero, alias Margaret Tatcher; y la guapísima subcapitana, que fueron víctimas de un intento de seducción por parte del equipo rival. Pero chavales, a eso sí que no nos ganan. Y a todos los demás, les animo a que vengan a darnos apoyo moral en el campo, más próximamente el miercoles a las 13; siempre y cuando la lluvia y las lesiones lo permitan.
Y sino, lucharemos tambien contra los elementos.

Comienza el Blog. Comienza el Show

A pesar de que la liga ya comenzó hace un mes, el desacuerdo entre la misma y la asociación de prensa ha provocado un retraso en el comienzo del blog de vuestro equipo favorito.

Antes de nada, tenemos que hablar de las novedades de esta temporada. La liga esta vez se compone de grupos de 8 y 9 equipos pasando los 4 primeros a la siguiente ronda. Lo tenemos difícil, como siempre, pero no faltará empeño.

Para ayudarnos en esta campaña, al equipo base del año pasado: Pedro, Sanju, Seijo, Ignacio y Manu; tenemos que añadir el acuerdo definitivo con Santos, cedido la temporada pasada al equipo por el Airo de Bailén F.C. y el fichaje de Pablo que sin duda aportará frescura a la plantilla. Por otro lado, se sigue negociando con Nacho por una renovación de su contrato para esta temporada y de la cual seguiremos informando.

Cabe destacar por último que este año en nuestro grupo, el duelo más importante se producirá en la jornada 6. El Equipo Team será el encargado de plantarnos cara entonces y no se lo pondremos nada fácil.

Pero hasta entonces queda un largo camino. Aston Birra en la primera jornada y el IES en la segunda para ir abriendo boca.

Ahora si que vuelve la liga, ahora vuelve el blog, ahora vuelve el buen juego y la diversión. Ya llegó Goal Fiction.